El codo de tenista es una lesión muy conocida. Debido a su nombre, se asocia de manera errónea solo a personas que practican deportes de raqueta, y aunque éstos también la sufren, no tienen la exclusiva a la hora de padecerla.
Es una lesión que, con frecuencia, aparece por un sobre uso o por un nuevo uso. Algunas veces, es de aparición espontánea; en este último caso, no se saben exactamente las causas, por lo que al principio no se le suele hacer mucho caso y se sigue haciendo vida normal. Con el tiempo, el dolor no desaparece y es cuando uno decide descansar, pero ni aun con el reposo el dolor se va, así que finalmente se opta por buscar ayuda profesional.
Aunque, a priori, no parece gran cosa, suele ser una lesión molesta y complicada para el que la sufre. De forma general, se entiende como una inflamación del tendón (tendinitis) del codo; parece que tratando este problema se acabará solucionando, ya sea con infiltración, masaje, electrolisis, etc. Realmente esto no es exacto. Si bien es cierto que el tendón se ve afectado, no lo es que sea una afectación exclusiva; nos encontramos que también la articulación y el nervio se ven afectados en el proceso, así que si no hacemos un tratamiento del conjunto y no solo del tendón nunca se acabará de recuperar la lesión
.
Aun así, a veces, es difícil y lento recuperar este tipo de lesión, por lo que se suele recurrir a la infiltración que, aunque, a corto plazo es muy efectiva, la ciencia ha demostrado que a largo plazo tiene menor eficacia que un adecuado y completo tratamiento fisioterápico a nivel global (musculo-tendinoso/nervio/ articulación).
A nivel de técnicas posibles a usar para el tratamiento del codo de tenista, hay varias a las que recurrir. En lo que se refiere la parte musculo tendinosa, se puede aplicar punción seca, cyriax, electrolisis, etc. Siempre dependiendo de la formación y valoración del fisioterapeuta y teniendo en cuenta las preferencias del paciente.
Por otra parte, tenemos las técnicas de movilización articular, variables también según el fisioterapeuta que nos trate; aunque movilizando en la dirección correcta no tiene importancia si las movilizaciones varían de un a otro profesional.
En relación al tratamiento del nervio y la descompresión de este, más de lo mismo, siempre y cuando se hagan las movilizaciones en las direcciones preferenciales para el paciente.
Dicho esto, no hay que olvidar a otras articulaciones como el hombro o la cervical, que por ser articulaciones vecinas y por paso de plexo braquial pueden tener gran incidencia en la articulación del codo, así que siempre han de ser descartadas previamente. Una vez pasado este proceso, solo queda tener un poco de paciencia, confiar en nuestro fisioterapeuta y seguir las indicaciones que nos marque para poder volver a realizar nuestra actividad normal.
Pep Vilalta, fisioterapeuta Col. Núm.11135